Bodegón seco. Son los que tienen más en común con los que se realizaban en pintura (naturaleza muerta). Admiten sombras, texturas y el color suele ser cálido: cuerda, madera, cereales, barro, frutos y flores secas, pasta, botellas de vino,... En el caso de que quedara una composición muy monótona en cuanto a color, se puede poner un elemento que destaque del resto.

Bodegón húmedo. Es más luminoso, brillante. No admite sombras y las texturas son suaves: frutas y verduras, cristal, cubiertos de acero inoxidable, porcelana...

La principal aplicación del bodegón es la fotografía publicitaria, donde el objetivo es vender un objeto, por lo que se trata de una fotografía muy cuidada y preparada. Los equipos son de gran calidad y se trabaja en estudios.

El objetivo que más se utiliza es el teleobjetivo corto (70-100) ya que respeta la profundidad de campo lo suficiente y no deforma el objeto, ni llega a pegar la perspectiva. En publicidad se trabaja con negativo de 9x12.

Ten en cuenta los siguientes consejos:
La composición. Es importante respetar la ley de los tercios: las grandes masas estarán en el centro y los pequeños detalles alrededor. Un bodegón cuenta con varios planos de composición, lo que obliga a trabajar con diafragmas cerrados para conseguir mayor profundidad.
La toma. Es importante la posición de la cámara y los objetivos con los que se va a trabajar. Por ejemplo, si el objeto es muy plano, se deberá hacer una toma cenital (desde arriba). La toma que más se utiliza es la toma frontal ligeramente picada. En cuanto a los objetivos, con ellos se pueden crear diferentes efectos:
Teleobjetivo. Enfoca muy bien el bodegón, pero el fondo queda desenfocado.

Si tu intención es la foto publicitaría, la foto bodegón te sería muy útil, inténtalo y veras los resultados!
Fuente:
http://html.rincondelvago.com/fotografia_7.html
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